Disculpe:
No es mi intención interrumpir,
no es ni a sido nunca mi intención
hacerla mirar donde no quiere,
se que es mucho mas fácil seguir con el guión,
tomar un café (Express)
quizá un cigarro para no estar sola,
trabajar
volver a leer
re-probar su cama
salir
y si se pierde
seguir leyendo.
Pero existen dos cosas,
tres,
unas cuantas,
también existen los brazos,
los ojos, los olores que pierden los ojos,
los dedos, los sonidos que escapan de los olores,
de las paredes
de los versos fuera de lugar.
Te lo digo a tí, no por simple capricho,
es que tu nombre estaba en las cosas,
en las letras de las cosas,
en los nombres de las cosas,
pensé que te pertenecían,
que eran tuyas y que se te habían perdido.
No te lo iba a preguntar,
busque primero en las cosas perdidas,
en el diario,
nada,
si las cosas no son tuyas y si te he interrumpido
mas de lo normal
solo arruga,
que no se si te lo escribo por confabulación
por no omisión
por no estimulación
o no erección.
Nada queda hoy que sea de oro.
Alfonso gArcía